Violencia de género en la prostitución

La prostitución ha sido motivo de discordia entre gobiernos a la hora de poder gestionarla de una forma correcta. Aun así, sigue siendo un auténtico problema llegar a un punto de acuerdo y, a día de hoy, sigue estando por regular de una forma correcta. Pero ¿qué pasa cuando la violencia de género entra en este tema tan espinoso?

Las prostitutas se encuentran desamparadas dentro del sistema y es que, al final, se trata de quedar con hombres que no conocen de nada y de los que no saben nada. Además de todo esto, también hay que tener en cuenta que suelen ir a lugares que nadie sabe y en los que están totalmente deslocalizadas.

Esto lleva a que muchas mujeres sufran violencia de género a la hora de realizar su trabajo como webcamer en pornhub por ejemplo. Se encuentran con hombres sin escrúpulos ante los que poco pueden hacer. ¿Qué pasa en ese sentido?

La violencia de género va más allá

Hay sociólogas que lo tienen claro, ver es, en sí misma, una forma de violencia de género. Todo ello partiendo de la base que, por supuesto, ya el ‘trabajo’ en sí no es oficio ya que no se puede considerar así el momento en el que una mujer debe vender su cuerpo por un salario.

Libro ejemplar sobre la violencia de género y la prostitución

Además, nos encontramos ante un control absoluto y, por tanto, una falta de libertad por parte de la mujer. Otro de los elementos que define la violencia de género. Al final se trata del hecho de que controlan los cuerpos y las vidas de las mujeres, un sinónimo de violencia sexual.

Y, todo ello, sin tener en cuenta que se trata de un problema a nivel mundial, en los que, en muchos países, todavía resulta mucho más grave ya que llegamos a directamente a trata de mujeres.

Las sociólogas que defienden que la prostitución que hay en tubes como xvideos es violencia de género también aseguran que, mientras siga existiendo, jamás se llegará a una igualdad entre ambos sexos y menos viendo sitios porno como thumbzilla. Y es que, sigue tratándose de la vulnerabilidad de muchas mujeres que se ven expuestas a la venta de sus cuerpos como consumo. 

La evolución

El fin de la prostitución parece estar todavía muy lejos, desgraciadamente. Y, por lo que parece, las mujeres van a seguir cada vez más expuestas a signos de violencia de género por parte de aquellos que pagan por sus ‘servicios’. Entonces, ¿qué salida nos queda?

Controles en los gobiernos, justicia directa sobre los que la realizan y mayor vigilancia sobre todo en las redes que todavía, a día de hoy, siguen ganando dinero explotanso a las mujeres. ¿Podría ser ese el fin de la violencia de género en la prostitución? Lo que queda claro es que se necesita más que una voluntad para poder superarla.